EIDF, la empresa presidida por Fernando Romero Martínez y dirigida en la sombra por su hermano Óscar Antonio Romero Martínez acaba de presentar un plan de negocio que tiene como objetivo disparar la cotización de la empresa en bolsa con una serie de predicciones que son sencillamente imposibles de cumplir. La compañía facturó 208,4 millones de euros de 2023, sin embargo, en 2024 se va a meter un batacazo tremendo y prevé facturar solo 133,4 millones de euros. Un desplome del 40% que ha pasado desapercibido para los inversores con los cantos de sirena anunciados de cara a 2028.
EIDF no solo factura menos, también está engordando la deuda a pasos agigantados. Según la compañía, la deuda subirá hasta los 289 millones de euros en 2028, frente a los 84,9 millones de 2023. Un disparate teniendo en cuenta que el negocio está completamente parado, apenas realiza instalaciones y el coste de la energía sigue por los suelos. Solo hay que ver el desempeño de otras homólogas del sector que no levantan cabeza en bolsa como es el caso de Solarprofit o Soltec, sin embargo, la firma de los Romero sigue siendo controlada por el entramado societario montado por Óscar Romero para insuflar volumen a la acción y que se mantenga por encima de los 7 euros con una capitalización por encima de los 400 millones.
El ridículo plan de negocio
La empresa espera multiplicar casi por cocho sus ingresos, desde los 133 millones de euros que espera en 2024 hasta los 803,9 millones de euros en un lapso de cuatro años. El plan va acompañado de un notable incremento del ebitda desde los 1,1 millones de euros en 2023 hasta los 233,9 millones. Este es el titular que han comprado las agencias de prensa y que han replicado el resto de medios de comunicación. Un plan que dentro de unos años será incumplido pero que servirá para engordar la cotización en el corto plazo y para seguir enriqueciendo a los hermanos Romero que acumulan decenas de casos judiciales abiertos y donde ya hay penas de cárcel confirmadas. Desde la plataforma de afectados seguimos trabajando con el equipo legal para tratar de agrupar todas las querellas y que la Audiencia Nacional intervenga de una vez por todas ante la inacción de la Comisión de Mercado de Valores (CNMV) y la lentitud de los juzgados de instrucción.
Óscar Antonio Romero acumula reseñas en su historial policial por amenazas, extorsión, detención ilegal y violencia de género. En el caso de Fernando Romero, ya ha sido condenado a tres años de prisión y está pendiente de un nuevo juicio ya que su estrategia procesal pasa por retrasar al máximo posible la celebración de los mismos.